lunes, 23 de noviembre de 2009

La transfobia nos enferma


Muy a grandes rasgos, podríamos resumir que la teoría queer constituye una resistencia al esencialismo desde la negación de la existencia de roles sexuales definidos biológicamente.
Durante la XVIII marcha del orgullo en Buenos Aires recibimos el periódico Queer, que se edita bajo la responsabilidad de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (como para tener idea: http://www.lgbt.org.ar/02-objetivos.php)
La nota “Niña transexual de 8 años inicia cambio de sexo con apoyo de sus padres” presenta la noticia como un caso tratado (¿resuelto?) por un especialista. En menos de 15 renglones, este boletín tiene espacio para destacar que la niña fue diagnosticada. Un autor anónimo no tarda en presentarnos la calificación médica de la enfermedad, y si bien ya es de por si agresivo que nos cuente que Josie Romero fue diagnosticada como una niña transgénero, no tarda en reforzar su calificación apelando al inexcusable dictámen disforia de género sin olvidar hacer mención del nombre legal de la niña tantas veces como le es posible.

¿Debemos celebrar la visibilidad? ¿Corresponde ocultar nuestra opinión porque el enemigo es otro? ¿Debemos resignarnos y entender que las biografías trans se articulan a partir de narrativas que no tienen categorías para nombrarnos? ¿Es que para hablar de transfobia necesitamos que la gente muera?

El artículo completo lo encuentran acá:
http://www.queer.org.ar/index.php?option=com_content&view=category&layout=blog&id=36&Itemid=53

Los Agentes de la orden de la T solicitamos al periódico Queer hacer un repaso del artículo considerado... y de la teoría queer.

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